5 consejos para elaborar una excelente introducción

La introducción en todo texto es una parte fundamental para que el mismo tenga éxito y sea leído. 

Si estás realizando un escrito para un docente, será tu carta de presentación. Así también, si estás escribiendo un informe en tu primer trabajo, desde allí lograrás captar la atención de tu lector. 

En este sentido, para realizar una excelente introducción ten en cuenta que comprenda los siguientes elementos: 

  • Presentación del tema, problema y/o tesis a desarrollar.

  • Introducción a los antecedentes o trayecto histórico del asunto.

  • Detalle los objetivos y postura de tu texto, si es el caso. 

  • Marco teórico del tema si es necesario.

  • Recorrido sobre los apartados del ensayo o informe para ubicar al lector.

  • Recursos para llamar la atención del lector y que decida continuar la lectura. 

¿Cómo escribir una excelente introducción?

excelente introduccion

Escribir la introducción suele ser un desafío pues debe superarse el primer miedo de la hoja en blanco. Surge la pregunta ¿cómo empiezo? En este momento, tenemos dos recomendaciones: 

1. Puedes dejar la escritura de este apartado para el final, ¡nadie se enterará!

2. Comienza por realizar una introducción bien estructurada, ¡luego puedes reescribirla menos rígida! 


En U-ERRE te damos 5 consejos que debes tener en cuenta para elaborar una excelente introducción. ¡Sigue leyendo!

#1 Utiliza un lenguaje formal

Como la introducción es la carta de presentación a tu destinatario, la utilización de un lenguaje para la ocasión comunicativa es fundamental. Tanto si es para el ámbito educativo como el entorno laboral, debes usar un lenguaje formal. 

También considera usar el vocabulario específico del tema a tratar. Esto le indica a tu lector que eres un escritor idóneo en el tópico. El tono formal en una introducción a un ensayo, por ejemplo, brinda seriedad a la presentación de argumentos. 

#2 Ve de lo general a lo específico

La claridad en la presentación del tema le dice a tu lector que encontrará esto mismo en el desarrollo y conclusión. Esto se conoce como razonamiento inductivo. 

También funciona como forma de captar la atención, pues el lector querrá ir sabiendo más y más a medida que agregas información. Por ello, el consejo es ir de lo general a lo específico. 

Si bien un recurso argumentativo es plantear en la introducción un caso ejemplar, es oportuno que luego organices como se desarrollará el contenido. Por ejemplo: 

  • Tema

  • Problema

  • Tesis

  • Argumentos

#3 Explica los conceptos claves

En temas demasiado nuevos, o en el caso de que estés planteando un ensayo sobre conceptos específicos, el momento de presentarlos es aquí. Lo que se conoce como marco teórico suele ser parte de la introducción.

Redacta una introducción con conceptos claves

Si vas a trabajar con ciertos conceptos claves es preciso definirlos. Debes incluirlos al comienzo para no caer en errores o ambigüedades. Esto te permitirá aclarar desde qué punto de vista estás tomando tal o cual concepto. 

#4 Menciona el tema, el abordaje y la organización del texto

La introducción de un texto debe funcionar como un organizador. Un lugar a donde volver si es necesario hacer un cuadro sinóptico de las ideas. Por eso, muchas veces se escribe al final, da indicaciones al lector de cómo guiar la lectura.

Es una herramienta de comprensión lectora para los destinatarios que deben manejarse entre las ideas del texto. En este sentido, es oportuno mencionar el tema, el abordaje y la organización del texto.

Todo aquello que aclares permite ubicar tu texto en ese límite y así tu lector no demandará más allá de lo propuesto. También da honestidad sobre el punto de vista científico y profesional desde donde te ubicas. 

#5 Cierra con una oración que llame la atención del lector

Son numerosos los recursos que puedes utilizar para captar la atención de tu lector e invitar a continuar leyendo el resto del informe o ensayo. Usa el pensamiento divergente para ser creativo en ello: 

  • Puedes utilizar una pregunta retórica.

  • Presentar un caso.

  • Traer una cita de autoridad.

  • Dejar abierto un tema que continúa en el desarrollo.

  • Plantear una incógnita para la conclusión.

  • Ofrecer información incompleta.

Claramente la introducción es el momento donde el lector decide si continúa leyendo. Debes mostrarte como un autor con ideas ordenadas, al que le interesa hacer un pacto de cooperación en la lectura. 

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Elaborar una excelente introducción no es tarea sencilla, muchas veces no se sabe por dónde empezar. Tampoco es preciso que sea una destreza natural que todos debamos saber. Pero, ¡puedes aprender a hacerlo!

Sigue estos consejos para realizar cada vez mejor tus escritos universitarios, evaluaciones y ensayos científicos. Aprende cómo mejorar tu forma de escritura como capacidad para tus metas profesionales.

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